-La estabilizaron con suero y la dejaron en observación.

-Le tomaron exámenes básicos, descartaron infección evidente y no hubo diagnóstico claro.

-Le dijeron: “Puede ser la edad, la demencia. Ya está mejor.”

-La enviaron a casa con una receta de vitaminas y la indicación de “observarla”. “En casa seguía igual. Nadie nos explicó qué pasaba realmente. No sabíamos si volver o esperar.”

-Aplicamos nuestro sistema clínico exclusivo de evaluación domiciliaria para deterioro agudo en adultos mayores.

Evaluamos en 360°:

🔬 1. Causa raíz de la descompensación

Más allá de lo evidente: buscamos infecciones, alteraciones metabólicas, interacción farmacológica o signos sutiles de fragilidad avanzada.

⚙️ 2. Funcionalidad basal vs actual

Determinar si el deterioro era reversible o progresivo.

🧠 3. Cognición, delirio y estado de conciencia

Descartamos delirium, alteración sensorial o deterioro fluctuante por causas tratables.

💊 4. Polifarmacia y efectos acumulativos

Identificamos fármacos que podrían estar deprimiendo su nivel de conciencia.

🧃 5. Hidratación, nutrición y riesgo de sarcopenia Detectamos pérdida de masa muscular y deshidratación crónica leve.

🏠 6. Entorno y capacidad de vigilancia familiar

Se ajustó la rutina, monitoreo y nivel de soporte en casa.

📈 Resultado clínico:

-Carmen tenía una infección urinaria subclínica + hiponatremia leve por deshidratación + efecto sedante acumulado de una benzodiacepina (alprazolam) que seguía tomando “de antes”.

-Se ajustó su tratamiento, se inició hidratación domiciliaria supervisada y un plan de activación funcional progresiva.

✅ En 72 horas volvió a comer.

✅ En 5 días estaba activa, conversando, y su hija entendió que no era demencia ni declive natural: era una descompensación tratable.